jueves, 27 de enero de 2011

El Cazador - Parte 1

Lo buscó a través de las siluetas en movimiento, lo había perdido de vista,
era su presa y lo había perdido, se sintió un estúpido quiso gritar y romper aquel silencio incomodo, aparco el carro en una esquina tomo el maletín con las "herramientas" y decidió caminar para tratar de encontrarlo en la multitud, era un barrio pobre, marginal lo describe mejor, algunas prostitutas del otro lado de la calle y un camello en la esquina por la que el pasaba, ignoro todo esto y siguió caminando y al pasar por un callejón escucho los gritos de una mujer, no hay cosa que el pueda odiar mas que el maltrato a las mujeres así que se dirigió al lugar de donde provenían los gritos.

Era un hombre el que golpeaba a la mujer en el callejón, el sujeto trataba de violar aquella pobre mujer, caminó silenciosamente hacia el agresor y golpeo tan fuerte al sujeto en la cara que se escucho como su nariz crujió y un baño de sangre salpico todo al rededor, la mujer aterrada hecho a correr, dejando solos a los dos hombres en el cuadro surrealista de tono carmesí.

El sujeto se tapaba la cara mientras rodaba en el piso y profería chillidos, lo tomo del cuello
y de su maletín saco un par de tijeras de cobre bastante grandes, apretó la cara del violador
hasta que abrió la boca e introdujo las tijeras en ella, hizo que lo mirara a los ojos y en su mejillas se dibujó un sonrisa casi diabólica y antes de que el violador pudiera gritar corto su lengua desde la base y callo al piso la lengua seguida de su dueño.
Tomo un paño de seda de su bolsillo y limpio la sangre de la tijera tranquilamente
mientras el violador rodaba de dolor en un charco de su propia sangre,
una vez limpias las tijeras tomo su maletín y las guardo cuidadosamente
de este saco un bello cuchillo con empuñadura de oro, observo un cuchillo e hizo un gesto para que el violador mirara el cuchillo, el violador comprendió de que se trataba y trato de ponerse de pie para correr pero estaba muy cansado, empuño el cuchillo y lo puso contra el pecho del violador, lo miro fijamente a los ojos y empezó a clavar el cuchillo en su corazón, justo antes de que muriera se le acerco al oído y le susurro "Ego te absolvo a peccatis tuis".

Se puso de pie, limpió el cuchillo y también se quitó el sweater manchado de sangre y los guardó en el maletín se alejo lentamente y se dirigió a su carro, mientras caminaba penso que había fallado su cacería, su presa había escapado, al menos había salvado a una pobre mujer y había hecho pagar al agresor, Se subió al carro y se alejo de esa zona.

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